martes, 29 de enero de 2008

A DON ALBERTO RUIZ-GALLARDÓN

Señor director:Con su permiso. Algunos dicen que fue Carlos III el mejor alcalde de Madrid, quizá haya sido así, pero a mí, Carlos III me cae muy lejos, según es mi parecer, don José María Álvarez del Manzano, y usted don Alberto, han sido los mejores alcaldes que ha tenido Madrid, claro que con respecto a usted señor Ruiz-Gallardón podemos decir, ¡de casta le viene al galgo! O, de tal palo, tal astilla, pero hay una cosa que me tiene “descolocao”, no entiendo ese cabreo que se ha cogido por que no le han incluido en las listas para diputado en el Congreso, tampoco entiendo eso que usted ha dicho, que ha sido derrotado ¿contra quien luchaba usted? ¿Contra el PP? ¿Contra Mariano Rajoy? ¿Quién le ha derrotado? Creo que el señor Rajoy ha hecho bien en no incluirlo en las listas, y una cura de humildad no le vendrá nada mal. Yo no le vote por que vivo en Fuenlabrada pero, la gran mayoría de los madrileños le eligió para que gobernase nada más y nada menos, que el ayuntamiento de Madrid, y eso, no es moco de pavo.Madrid es la capital de España, y no creo que su gobierno le deje tiempo para dedicarlo a otras cosas. Don Alberto, usted en su campaña electoral firmo un contrato con los madrileños que le obliga moral y éticamente, a seguir trabajando como lo ha hecho hasta ahora, a sí, que déjese de infantilismos, esas pataletas no son propias de un hombre de su talla, dedíquese en cuerpo y alma a su cometido como alcalde, y procure que funcionarios a sus órdenes no organicen más guateques, los madrileños de la capital y de los municipios de alrededor le quedaremos muy agradecidos. Publicada en ESTRELLA DIGITAL,SIGLO XX, Hispanidad y EL CONFIDENCIAL DIGITAL

miércoles, 23 de enero de 2008

A PEPIÑO BLANCO

Juan Escribano (Madrid)

Don José Blanco, (que fiesta sin la tía Juana) más conocido como Pepiño; a mí que este chico me recuerda al repelente niño Vicente de la genial Codorniz, solo que el repelente niño tenía un discurso muy inteligentes, pero no nos salgamos del tema, Pepiño exigió a los obispos que rectificasen su discurso del día 30 de diciembre en la plaza de Colon, en la gran fiesta de la familia y, amenazó con borrarse de cristiano ¡toma castaña! Si no se hacia caso de su exigencia, y para argumentar sus razones se atrevió a dar clases de Biblia a los obispos, ¿cave mayor desfachatez? Pues si señor ¡cave! Ahora se ha atrevido a pedirle a Su Santidad el Papa que le explique que es eso de familia tradicional. ¡Toma arroz Catalina que se pasa!

Dicen las malas lenguas que el señor Pepiño no pasó del primer curso de derecho y, yo pregunto ¿pasó la básica? Si así es no cabe duda de que es una victima de la L.O.G.S.E. De otro modo no le pondría a la familia el apellido de tradicional, la familia, es familia sin apellidos, Aristóteles entiende por oikós (familia) “una convivencia querida por la misma naturaleza para los actos de la vida cotidiana” y Santo Tomás de Aquino siguiéndole en esto definió la familia “como la comunidad instituida por la naturaleza para el cuidado de las necesidades de la vida cotidiana” (Política I, 2,5)Si el señor Pepino quiere poner apellido a la familia, puede llamarla familia cristiana, musulmana, budista etc. Conforme a los valores morales y/o religiosos que en la misma se transmitan a sus miembros, pero no tradicional, pues traditio, significa precisamente eso, entrega, transmisión; y en una familia, se transmite el amor, la vida, los afectos, los valores, la persona es aceptada por lo que es y no por lo que hace. En la familia, cada uno de sus miembros enriquece los valores recibidos con aportaciones propias, gracias a estas aportaciones vivimos en casas cómodas con calefacción, fregamos los suelos con fregona sin necesidad de arrodillarnos y, hasta podemos volar en avión, estas aportaciones han sido el motor que ha impulsado el desarrollo de la civilización humana. Don José. ¡Que oportunidad ha perdido para estar callado! Calderón dijo: “O calla, o algo di que mejor que callar sea”.

jueves, 17 de enero de 2008

ZP y el contraste de pareceres de Franco

Sr. Director: A mí las declaraciones y la actitud del señor ZP y de sus rémoras, me recuerdan en ocasiones al anterior Jefe del Estado, general Franco. ¿Se acuerdan ustedes del contraste de pareceres? En España se podía pensar y, estos pensamientos expresarlos libremente, pues el contraste de pareceres era una fuente de riqueza inagotable para la sociedad española; lo que ya no se podía, era expresar estos pensamientos, si los mismos no coincidían con el parecer del Gobierno, pues entonces, ya no era contraste de pareceres, sino pensamientos subversivos. El señor ZP y sus colaboradores, han puesto pies en pared por el enorme éxito de la concentración que el día 30 de diciembre tuvo lugar en Madrid en la plaza de Colón en defensa de la familia, los obispos y cuantos hicieron uso de la palabra en esta concentración, conscientes de estar en un país democrático. Se expresaron libremente defendiendo todo aquello que la Iglesia ha defendido siempre, y criticando las leyes contra la vida, la familia y la libertad de enseñanza; con lo que estábamos y estamos totalmente de acuerdo, no sólo los casi dos millones de personas que asistieron a la concentración, sino muchísimos más que bien por salud, o por cualquier otro motivo no pudimos asistir. Pues bien, a los obispos que en el ejercicio de su libertad, sin pelos en la lengua defendieron la familia, resulta que se les exige que pidan disculpas al Gobierno por no pensar como él ¿Qué les decía al principio del contraste de pareceres? “Lo que si adelantó el Jefe del Ejecutivo es que no entra en su agenda revisar los acuerdos con la Santa Sede” (En la celebración de la Pascua Militar y según el diario La Razón).Dice el señor presidente que “nadie puede imponer ni fe, ni moral, ni costumbres, sólo respeto a las leyes” y lleva razón, solo que el primero que ha de respetar y cumplir las leyes es, el presidente del Gobierno que prometió ante Su Majestad cumplir y hacer cumplir la Ley de leyes, nuestra Constitución, que en su artículo 2 dice: “La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la nación española, patria común e indivisible de todos los españoles,...” ¿Podemos decir sin faltar a la verdad, que el señor presidente ha defendido la unidad indisoluble de la nación española, cuando el concepto de nación no lo tiene claro? En su artículo 20.1 la Constitución dice. “Se reconocen y protegen los derechos a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción.” Yo pregunto ¿es que los obispos no tienen ese derecho?Por último en el artículo 27.3 la Constitución nos afirma que “los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones”. La imposición ¡por que yo lo mando! De la Educación para la Ciudadanía (otra similitud con el régimen de Franco) ¿Se acuerdan de La Formación de Espíritu Nacional? ¿Es una muestra del respeto a la Ley de leyes? Otro día más. Juan Escribano Valero
Publicada en HISPANIDAD y SIGLO XXI el día 10 de enero de 2007