sábado, 17 de diciembre de 2011

AYUDANDO A LLORAR: un acto de amor cristiano

Con estos villancicos que han elegido mis nietos, a ti, amigo que me honras con tu visita, te quiero expresar mi deseo de que el espíritu de AMOR que nos nace en Navidad, sea una constante en tu vida y en la de los tuyos


Según de qué y por qué, el orgullo puede ser pecado o virtud, yo, le voy a contar uno de mis motivos de orgullo con el que además, quiero felicitarle la Navidad y usted decidirá si me absuelve o me condena, según sea su criterio.

Ya he contado en otra ocasión, que en el colegio donde van mis nietos y en el que mi hija es profesora, todos los cursos tienen una hora de oración a la semana, entre otras cosas se lee un pasaje del Evangelio, la directora lo comenta y los chicos y chicas van diciendo que les ha dicho el Señor en ese versículo, el día en que tiene lugar mi historia, se leyó el pasaje de la viuda de Sarepta, mi nieta, de 9 años, se levantó y se fue a sentar al lado de una profesora que hacía pocos días que había enterrado a su marido y que estaba sola en un banco, Elena (así se llama mi nieta) echó su manita por la espalda de la profesora y la acariciaba.

La profesora comento a mi hija el gesto de Elena y mi hija preguntó a la suya porque había hecho eso y la niña le dijo.

-Mamá, ¡le estaba ayudando a llorar!

Mi hija siguió preguntando y ¿Cómo se te ha ocurrido eso? Y Elena le explico. Es que la abuela nos contó un cuento precioso, de un chico que dejó de jugar en el parque, para ir a sentarse junto a un viejo que estaba solo llorando porque tenía mucha pena y en ese viejo estaba Jesús, porque mamá ¿sabías que Jesús está dentro de todos nosotros y que lo que haces a otro se lo haces a Jesús?

Mi hija abrazó a la suya y no dejó un solo centímetro de su cara sin un beso, y después de los abrazos y besos le dijo; Elena, eso tienes que tenerlo en cuenta también, cuando discutas con tus hermanos.

FELIZ CUMPLEAÑOS DE JESÚS, que cantes muchos villancicos, cuidado con el cava y con los polvorones, el primero se sube a la cabeza y los segundos se agarran a los michelines.

CON TODO CARIÑO FELIZ NAVIDAD y hasta despues de Reyes si Dios quiere

miércoles, 7 de diciembre de 2011

LA SANTA COMPAÑA

Yo, no creo en las meigas, (brujas) pero en Galicia, haberlas, hailas, eso mismo le pasa a la Santa Compaña, que haberla, haila, yo mismo la he visto, bueno, si no era la Santa Compaña se le parecía mucho, te cuento amigo lector y tu juzgas.

Vi al señor Rubalcaba al frente de una extraña procesión, portaba un enorme palo cuyo extremo estaba rematado con puño cogiendo una rosa, y sobre esta rosa, haciéndola llorar lágrimas de sangre, se posaba una enorme gaviota azul, esta, iba creciendo poco a poco en la medida que la procesión avanzaba, el pobre señor Rubalcaba apenas si podía con el palo, a su lado, iba el señor ZP (todavía) tocando una campanilla, detrás de ellos y en dos filas, como mandan los estatutos de la Santa Compaña, los muertos vivientes (políticamente hablando) Felipe González y Alfonso Guerra que portaban unos grandes cirios, Pepiño Blanco y Manuel Chaves llevaban en los tobillos unas cadenas rematadas con unas grandes bolas con las siguientes inscripciones en grandes caracteres, la de Pepiño decía: “ÁNIMO CAMPEON” y en la de Chaves se podía leer: “LO PRIMERO LA FAMILIA , 10 MILLONES A LA HIJA”.

José María Barreda arrastraba un enorme cajón por donde salían facturas y más facturas y Patxi López arrastraba una urna de donde se escapaban muchos votos que recogían unas encapuchados, el señor Griñán, tiraba de un cartelón en donde se leían los nombres de los beneficiados de los eres andaluces con 700 millones nada menos y a don Antonio Camacho un faisán no dejaba de picotearle en la cabeza, el señor Camacho le decía al faisán ¡coño! Pica también a Rubalcaba y déjame descansar un rato, cerraban esta extraña procesión el señor Bono montado en un caballo, que por su extrema delgadez recordaba a Rocinante, sobre sus ancas estaban escritos numerosos títulos de propiedad.

Acompañando a la procesión pero sin formar parte de ella iban unas plañideras que yo identifiqué como: Trinidad Giménez, Leire Pajín, BiBiana Aído, Elena Valenciano, el grupo de plañideras era tan grande que habrían dejado desierta la isla de San Barandán, entre sus lamentos el que más se repetía era este. ¡Qué desgracia, que carga quedarse sin el cargo! Si, ya sé que está echando de menos a Carmen Chacón, es que esta escondida para que Rubalcaba no le largue el palo antes de tiempo.

Leer a Quevedo, es uno de mis placeres y no el más pequeño, releyendo el SUEÑO DEL JUICIO FINAL me quedé dormido, me despertó mi mujer que precisaba de mi ayuda, ahora que caigo, algunos de los personajes de mi extraño sueño estaban desorejados, no le digo quien amigo lector, adivínelo usted.

Hasta otro día si Dios quiere