Yo vote al PP, porque consideré que era urgente botar a los socialistas y hacerlo de una forma rotunda e inequívoca, si hubiese votado al partido más de acuerdo con mi parecer, mi voto, habría sido para UPN (Unión del Pueblo Navarro) con cuyo programa de valores coincidía plenamente, dicho esto tengo que reconocer que en el tema de valores coincido con el PP en su mayoría, pero hay puntos muy importantes en los que no coincido y en otros solo a medias, pero no es de esto de lo que quiero hablar en estos renglones, con estos reglones quiero expresar mi desencanto por la bofetada de los impuestos con los que el señor Rajoy nos ha obsequiado a menos de un mes de su toma de posesión, Carlos Alsina dice en la RAZÓN del día 3 de enero “Una tesis inquietante recorre los despachos de la sociedad civil marianista: ¿y si Rajoy acabara siendo una fotocopia de Zapatero?...” porque vamos a ver, en la larga campaña electoral ¿Cuántas veces don Mariano ha dicho que no subiría los impuestos? Según yo recuerdo un montón de veces, entonces ¡nos ha mentido! La verdad es que eso no lo esperaba del señor Rajoy, no se le da bien la mentira, ya sé que en el debate de investidura que me tragué enterito, dijo al señor Rubalcaba poco más o menos que si el déficit era del 6% como afirmaba el Gobierno no subiría los impuestos, pero otra cosa que no me creo es que don Mariano sea tan ingenuo que creyera al Gobierno, porque ¿Cuándo ha dicho una verdad el Gobierno del señor Rodríguez Zapatero? Que el déficit estaba en torno al 8% lo sabíamos todos, así lo proclamaban todos los analistas no “apesebrados” y ¿nos vamos a creer que el señor Rajoy no lo sabía? ¡Ni de coña! Yo por ahí no paso. Otra cosa que me ha llamado la atención ha sido el que hayan imitado al Gobierno saliente en no llamar a las cosas por su nombre, a la subida de impuestos le llaman “recargo temporal de solidaridad” ¡toma higos Pepa, que se agusanan! Tampoco me esperaba tanto cinismo.
A pesar de todo yo tengo confianza en don Mariano y su Gobierno, nada que ver con Pepiños, Pajines, Bibianas, Sindes etc. con el equipo con que se ha rodeado se pueden hacer grandes cosas, por eso confío en que el impuestazo es inevitable, pero ¡coño! Antes de subir los impuestos ¿porque en vez del 20% de rebaja en las subvenciones a los sindicatos y partidos políticos no se les suprimen en su totalidad incluidas las subvenciones a los cursos de formación ¡la madre del cordero! y que se financien con las cuotas de sus afiliados? Porque ¿de que narices forma esta gente? ¿La forma de hacer más parados? También pueden financiarse con un recuadro en la declaración de la renta, y el que quiera que ponga la cruz para los sindicatos y partidos políticos, don Alfonso Ussía en su artículo titulado ¿Qué elijo? Dice que en la última legislatura el Gobierno ha regalado mil millones a CCOO y UGT, mil millones menos el 20% son 800 millones, casi nada era la cosa y llevaba el ojo en la mano, los sindicatos verticales nos salían más baratos.
Y los titiriteros, que vivan de su trabajo, como cualquier hijo de vecino y como Santiago Segura, que no necesita de subvenciones y, no que vivan como hasta ahora a costa de los contribuyentes. Y el Senado ¿para qué sirve? En muchos países desarrollados no tienen y les va mejor que a nosotros, si se suprimiera nos ahorraríamos un porrón de euros, así como el Tribunal Constitucional, que con el estatuto de Cataluña y con los etarras de Bildu ya nos ha demostrado para lo que sirve; las TV públicas y autonómicas son una tremenda sangría ¿Por qué no se privatizan o se cierran? Hasta 3 emisoras de TV tienen algunas autonomías…. En fin, que antes de apretar el cinturón a los contribuyentes, hay que usar el bisturí, por ejemplo en la duplicidad de funciones administrativas; bueno, no sigo, acabo de salir del hospital y me está doliendo la cabeza, así que, hasta otro día si Dios quiere en que hablaré del Gobierno
Este articulo lo tenia escrito antes de ingresar en el hospital pero como creo que todavía está de actualidad lo cuelgo en mi bloc con una observación el Gobierno actual no nos miente no nos gusta oir la verdad pero no miente.