PORQUE ERES MI AMIGO TE LO TENGO QUE CONTAR

Pienso yo, que no siempre tienen que ser noticias solo aquellas cosas que nos llenan de vergüenza y nos ponen de mala leche, de cuando en cuando, también deben ser noticia las cosas que nos hacen la vida un poco más amable y ponen una sonrisa en nuestros labios, es por eso amigo lector, que hoy voy a contarte una pequeña historia que a mí al menos me hizo reír a carcajadas.


Una larga enfermedad me ha tenido de baja en mi trabajo de abuelo, el trabajo más bonito y gratificante que he tenido nunca, como yo no podía ir a ver a mis nietos, han sido ellos los que han venido a verme y contarme sus cosas, Juan 11 años y Elena 9 me dicen que antes de comenzar sus clases, toda la clase, reza por mí, yo doy gracias a Dios por estos nietos que me ha concedido.

El pasado mes de febrero, Luis cumplió 6 años, le gusta mucho el futbol, tanto, que sus padres lo han apuntado a una escuela infantil de futbol que hay en el polideportivo del barrio, cuando juega de portero, Luis dice que es Casillas y cuando juega de “chutador” dice que es Puyol, yo le digo –Pero Luis, que Puyol es del Barcelona y tu eres del Madrid- Luis se queda pensativo un rato y me dice, -Si abuelo ¿pero Barcelona es de España?- Le respondo –Pues claro que si, Barcelona es una de las ciudades más bonitas no solo de España, sino del mundo- Los ojos de Luis adquieren un brillo especial y me dice –Abuelo, pos entonces yo soy Puyol porque soy de España- -Claro que si hijo- Le di un fuerte abrazo y le animé a que me contara más cosas y me contó.

Abuelo estaba yo de Casillas y viene Manu, no creas abuelo que Manu tiene 7 años y le falta poco para hacer 8 y tiene muuucha fuerza, Manu chuta con toda su fuerza y yo ¡que paradón abuelo! ¡Qué paradón! ¡Con lo huevos! Y al decir esto dio u salto y se llevó las manos a la entrepierna, su padre, su madre, su abuela y yo, no nos pudimos contener y empezamos a reír a carcajadas, Luis nos miró muy serio y triste y nos dijo a voz en grito –¡Pos no es pa risa! Y eso que me ha dolido mucho, ¡hasta lloré un poco!-

Lo abrazamos, lo besamos y lo felicitamos por ese paradón, que ni siquiera el verdadero Casillas es capaz de hacer, Luis, sonrió feliz.

Hasta otro día si Dios quiere
Publicado en ESPAÑA LIBERAL