Soy un hombre respetuoso con los demás, no importa el color de la piel, su lugar de nacimiento, el idioma que hable. Soy católico y pienso que si Dios nos ha hecho libres y respeta nuestra libertad hasta el extremo que podemos negarle ¿quién soy yo para negar la libertad a nadie? Siempre, claro está, que esta libertad se ejerza dentro de las normas que por tradición y leyes. nos hemos dado para convivir en paz y armonía, a lo único que tengo fobia es al dentista, no solo por el daño que hace con sus tornos, sino por que me deja la cuenta corriente, en la frontera de los números rojos, digo todo esto por la siguiente razón:
Hace unos días, en una tertulia con amigos y conocidos, fui acusado de homofobia, al exponer y defender mi parecer según el cual, a la unión de personas del mismo sexo no se le debe llamar matrimonio, que se le llame de cualquier otro modo, pero matrimonio, no, doctores tiene la Real Academia que si se lo proponen seguro que encontrarán una denominación adecuada a tales uniones, que no sea matrimonio cuyo origen etimológico es la expresión “matri-moniun”, es decir, el derecho que adquiere la mujer que lo contrae para poder ser madre dentro de la legalidad. Que yo sepa, ningún hombre hasta la fecha ha alcanzado tan alto privilegio y, seguro que nunca lo alcanzarán, ni el “progenitor A, ni el progenitor B”, y si alguna lesbiana quiere conseguirlo, tendrá que tomarse un tiempo de excedencia, ¡vamos! Digo yo.
La homosexualidad, según es mi opinión, satisface solo al animal que todos llevamos dentro, mientras que en el matrimonio abierto a la vida, la persona, encuentra su realización de una forma integral, completa.
Como la discusión se iba calentando, para cambiar de tercio, afirme que me estaban acusando de algo que no existía, pues la palabra homofobia no existe, como había contrarios a esta afirmación, surgió la apuesta, después de consultar vía internet con la Real Academia dela Lengua, gane dos cañas de cerveza con pincho de tortilla, el prefijo homo, no viene del latín con el significado de hombre, sino del griego con significado de igual y, como fobia es miedo, tendrá homofobia por ejemplo, el que tenga miedo a las Torres Quio, quizá no sea bueno el ejemplo por que no son exactamente iguales, ya que cada una mira para un sitio distinto, pero en este momento no se me ocurre nada mejor.
Su beso
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Cerré mis ojos en un intento por abandonarme al sueño, sabiendo que
una vez más estaría plagado de su recuerdo, de sus besos, de sus caricias
plasm...
Hace 11 años
1 comentario:
Juan: existe el mal llamado, "matrimonio gay" en España. En Argentina, estamos en pleno debate. Muy interesante tu nota.
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